sábado, 16 de mayo de 2015

Yo no, hable usted

Muchas veces nos encontramos en situaciones difíciles, nos toca dar un discurso; en ese instante sentimos miedo y un cosquilleo en el estómago, las miradas del público nos paraliza, no podemos expresarnos de manera libre y con naturalidad, esto nos hace cometer muchos errores, no es lo mismo hablar con público, que sentarte en un micrófono en una radio, donde no hay las miradas acusadoras esperando a que te equivoques, para luego comentar el error o la falta que cometisteis.

Hablar en público es un poco difícil, para algunos y para otros
es fácil pero jamás imposibles. 
El no desarrollar esta habilidad de hablar en público, nos puede ocasionar muchos problemas, por ejemplo perder el respeto de muchas personas, prestigio y autoridad y en algunas ocasiones perder ingresos económicos que pueden mejorar la calidad de vida de cada uno de nosotros; en lo personal he tenidos momentos, donde los nervios se han apoderado de mí; he tenido que rechazar alguna presentación de eventos por el temor de hablar en público.

Muchas veces me ayuda acordarme de un gran maestro que hablo a multitudes, un hombre humilde, hijo de un carpintero su nombre Jesús, esté hombre contó historias instruyó e hizo discípulos, otro gran orador desde mi punto de vista es: José María Velazco Ibarra con su frase “Dame Un Balcón y seré Presidente”, estos dos personajes inspiran a que siempre me arriesgue y pueda tomar la decisión de expresarme delante de un público.

El problema, para hablar en público está en nuestras mentes, tenemos la absurda idea que vamos a ser criticados, los seres humanos nos equivocamos y de aquello aprendemos, la experiencia nos ayuda a formarnos, pero para adquirirla tenemos que practicar y la única manera de hacerlo es hablando, habla con tus amigos, presenta pequeños eventos, practica y podrás perder el temor; jamás dirás: yo no, hable usted; ahora dirás espere usted, que hablo yo.
El hablar en público es comunicar, informar o entretener por medio de la palabra oral, muchos de los grandes oradores son personas que les gusta leer y escuchar a los demás, son hombres que tienen un gran control de sus emociones, pueden explicarse de manera concreta y clara, mueven masas y logran cambiar las actitudes de las personas.

Un buen orador puede contar su historia, puede contar la realidad, de como el ve la vida, sus emociones y sentimientos pueden ser expresados por medio de su palabra, un buen orador se controla y busca las maneras de controlar sus miedos de hablar en público.

Perder el miedo para hablar en público, no es fácil, cuesta mucho hacerlo, pero no es imposible, hablar no solo es balbucear o decir las cosas por decirlas, hablar es tener coherencia de lo que se dice, es expresar a través de los gestos, se habla con nuestra boca y con nuestro cuerpo también se expresa lo que se quiere comunicar, nuestras barreras mentales para hablar delante de muchas personas, deben ser eliminadas de nuestra cabeza, tenemos que realizar ejercicios que nos permitan suprimir el miedo un gran profesional se hace con la práctica, se desarrolla en el andar, se equivoca pero vuelve a comenzar, el que quiere ser un gran orador no descansa siempre está en constante crecimiento y aprende de sus errores; no soy un gran escritor ni tampoco un gran orador pero en el camino estoy aprendiendo arriésgate y no pierdas la oportunidad de hacer lo que amas, no te dejes llevar por el miedo.

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